El Camino de Santiago es la ruta que recorren los peregrinos procedentes de todo el mundo para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del Apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy recorrido y transitado, después fue un tanto olvidado y en la actualidad ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago Francés y las rutas francesas del Camino fueron declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1993 y 1998 respectivamente.
Es itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle mayor de Europa.
Alfonso II, rey de Asturias, mandó construir una iglesia en el lugar que, de acuerdo a la voz de la tradición, reposan los restos del Apóstol Santiago. A partir del siglo XV, esta iglesia se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de la Cristiandad y dio origen al actual Camino de Santiago.
Aproximadamente desde el año 921, con el hallazgo de las presuntas reliquias del Apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje. Y recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.
EL PRIMER PEREGRINO Y PRIMERA RUTA DEL CAMINO DE SANTIAGO
Se puede considerar que el propio Alfonso II, rey asturiano hasta el año 842, fue el primer peregrino como tal, al partir desde Oviedo para comprobar con sus propios ojos la veracidad del hallazgo del Apóstol y rendirle culto. Así nace el primer trazado jacobeo oficial, conocido como Camino Primitivo.
Otro de los peregrinos más famosos fue Aymeric Picaud, a quien se le atribuye la autoría de parte del Códice Calixtino, concretamente la parte quinta conocida como “Guía del peregrino”. Este, al contrario que el rey astúr, decidió realizar el trazado conocido como Camino Francés, detallando en sus escritos información útil sobre alojamientos, templos, gastronomía, cultura, costumbres del lugar, etc.
Ya en el siglo XII, se generaliza esta tradición, extendiéndose a otras personalidades influyentes como Alfonso VII, Luis VII y Felipe II, rey de España. Era muy habitual que se rememorara su paso por determinados lugares construyendo monumentos en su honor o simplemente colocando una placa conmemorativa, sobre todo en lugares donde habían pernoctado.